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¿A qué volumen mezclo?

¿A qué volumen mezclo?

¿A qué volumen mezclo? Recuerdo hace años cuando me inicie pasarme horas delante de un proyecto sin descansar y cuando lo di por finalizado al día siguiente con mis oídos frescos oírlo y pensar ¿pero qué demonios es esto? ¿en qué estaba pensando? ¿que estoy pasando por alto? no tenía nada que ver lo que recordaba que había hecho con lo que me estaba acuchillando mis oídos en ese momento.

Pues si te has llegado a preguntar esto mismo y no has conseguido respuesta estas de suerte porque a mi me llevo un tiempo llegar a asimilarlo ya que hay que tener en cuenta la relación que hay entre cómo oyen nuestros oídos, nivel de sonoridad y fatiga auditiva.

Fatiga auditiva

Empezamos por lo que ya sabemos todos, si nos vemos expuestos a niveles de volumen no moderados el oído se agota aunque más que agotarse se adapta a la situación, esto lo hemos llegado a experimentar en discotecas, conciertos … (y más aún si la calidad del sonido no es algo a reseñar).

A la hora de mezclar sucede casi lo mismo pero de una manera más sutil porque a pesar de no alcanzar niveles de rave cosa que espero por vuestra salud auditiva, estamos mucho más tiempo expuestos a señales de audio desequilibradas, resonancias a tratar, sumas frecuenciales… que te van empujando a estropear pista a pista.

Nivel de sonoridad

Debemos tener 3 niveles de escucha para que no nos suceda lo siguiente:

Por ejemplo, estamos en un proyecto con el que empezamos a trabajar en un nivel generoso con el fin de escuchar cada detalle y ir tomando decisiones conforme lo vamos desarrollando posiblemente al pasar del bajo a las guitarras o teclados estos resultan algo estridentes bajando el nivel de estas pistas continuando con la mezcla y empiezas a ver que vuelves a las pistas en las que comenzaste exigiendote volver a balancear todo.

Si a esto sumamos que no has descansado al día siguiente, habrás descubierto que todo lo que se ha hecho no ha valido para nada y te sentaras de nuevo a trabajar con un nivel de escucha distinto al anterior a trabajar sobre un proyecto que parece que no tiene fin.

Niveles

  1. DIM – Un nivel de audio bajo que permite tener una conversación sin tener que silenciar. Muy recomendable usarlo cuando simplemente estamos estructurando las pistas o haciendo reparaciones que no implican los siguientes puntos (para mantener los oídos frescos).
  2. Mezcla – Es un nivel que nos permite percibir más fácilmente la dinámica de cada pista sería aproximadamente un 20% más bajo que el nivel de EQ. Este nivel es fundamental para desarrollar la mezcla ya que te facilitará saber sobre qué pistas tienes que aplicar o no modificaciones para integrarlas (Compresión, Ecualización …)
  3. EQ – Un volumen que sólo se usará para escuchar los detalles a comparar entre las pistas, en esos momentos en los cuales es necesario aplicar algún tipo de modificación frecuencial.

Curvas isofónicas

O Curvas de Fletcher y Munson, este estudio determina que nuestros oídos no distinguen las frecuencias del rango audible con el mismo nivel de sonoridad por lo que si oyeses un barrido frecuencia a frecuencia a un mismo nivel de presión sonora notaras que percibes mejor o peor ciertas ondas:

¿a que volumen mezclo?  grafico representativo de como oye el oido humano ( curvas isofonicas )

La curva representa que tan sensible es el oido a la frecuencia en concreto, podemos ver que las frecuencias a las que nuestros oídos son más sensibles a bajos niveles son aquellas que abarca la inteligibilidad de la voz (1500 y 5000 Hz).

Para facilitar el entendimiento del gráfico, podemos ver que para una frecuencia de 1000Hz a 20dB seria necesario incrementar aproximadamente 40dB la frecuencia 90Hz para percibirla al mismo nivel.

Teniendo en cuenta lo anterior, debemos:

  1. Controlar el nivel de volumen con el que percibimos cada pista (compensando el volumen cuando realizamos modificaciones como EQ, COMP …)
  2. tener en cuenta las curvas isofónicas a la hora de ajustar los 3 niveles de sonoridad de nuestro estudio. (en este punto comprenderás porqué realizar el balance de eq a un volumen superior, de esta manera cuando nuestro proyecto pase a la fase final para mastering no se nos vaya de madre los graves y los agudos)
  3. Tiempo que dedicamos a la escucha dependiendo de la fuente de sonido que se use (monitores de campo lejano, cercano, auriculares).

Conclusión

En resumen, la pregunta sobre a qué volumen mezclar tiene implicaciones importantes en la calidad de nuestro trabajo . Para evitar la fatiga auditiva y garantizar una mezcla equilibrada, es crucial tener en cuenta los niveles de sonoridad, utilizar los diferentes niveles de escucha (DIM, mezcla, EQ) y considerar las curvas isofónicas para ajustar nuestro estudio.

Al aplicar estos principios y recomendaciones, lograremos mezclas más precisas y evitaremos la sorpresa desagradable de escuchar un proyecto finalizado y preguntarnos qué salió mal. Recuerda cuidar tus oídos y buscar siempre la mejor calidad de sonido en tus mezclas.

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